Incluye toda acción corporal como golpes, empujones, patadas, formas de encierro, daño a pertenencias, entre otros. Es la forma más habitual de bullying. Se identifica porque suele dejar huellas corporales. Conforme la edad y el desarrollo aumentan las agresiones se vuelven más violentas y peligrosas (sobre todo en varones) y con una intencionalidad más explícita.
El proceso del bullying físico puede comenzar así:
- Miradas desafiantes que suceden de manera constante, contra alguien y con toda intención de provocarla.
- Derivar las agresiones en tirarle sus libros o empujarlo al pasar.
- Como último paso organizar una golpiza entre varios que pueda ocasionar fracturas de cráneo, costillas rotas, pérdida de dientes, o incluso, la muerte.
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